Sheik Mehmet

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domingo, 8 de junio de 2014

El proceder correcto (adab) en la comida, el convite y la hospitalidad.Por Imam al-Ghazālī

El proceder correcto (adab) en la comida, el convite y la hospitalidad

Por Imam al-Ghazali


Allah, exaltado sea, perfeccionó el comportamiento de los seres, creó la tierra y los cielos, hace descender el agua dulce desde las nubes con la que extrae los granos y los vegetales. El determina puntualmente la provisión y el alimento de todos los seres, y con el sustento preserva a la vitalidad de todo lo viviente. Con manjares exquisitos posibilita nuestros actos de obediencia a El y las buenas obras. ¡Gracias sean a El cada momento!
En tanto que la meta de los que tienen esencia, los seres espirituales, es el encuentro con Allah, exaltado sea, en la mansión de la Recompensa eterna, y en tanto que no existe ningún camino para llegar a encontrar a El sino es a través del conocimiento y la acción, no es posible aplicarse a ello sino con un cuerpo sano. Pero no se produce la salud del cuerpo sino a través de los alimentos y los sustentos, consumiendo de ellos con el paso del tiempo en la medida de nuestra necesidad. En este aspecto dijeron algunos ancestros: "Indudablemente la comida es parte de la vida buena (Din)". Y sobre ello nos llama la atención el dicho de Allah, exaltado sea:
¡Comed las cosas buenas y haced el bien! (23:51).
He aquí, pues, que nosotros somos de los que buscamos y transmitimos los deberes de la vida buena en cuanto a la comida, sus asuntos obligatorios, y su proceder espiritual correcto.
 

Lo necesario observar al comer

Comprende tres partes:

Primera parte: El correcto proceder (adab) que antecede al comer

Consiste en cinco cosas. Primero, que la comida sea, aparte de lícita en sí misma, buena en cuanto a los medios de su adquisición, y que esté de acuerdo a la Sunnah o práctica profética y al temor consciente. Que no se haya adquirido por medio de algo detestable a las disposiciones del Islam, ni a causa de falsedad y traición al Din o vida buena. Allah, exaltado sea, ordena comer lo bueno, lo cual corresponde a lo lícito (halal), y en otros versículos antepone la interdicción de comer lo indebido a la prohibición de matar, para agravar así el hecho de la prohibición de lo prohibido, y para engrandecer la bendición de lo lícito, diciendo el Sagrado Corán:
¡Creyentes!: ¡No os comáis vuestras riquezas unos a otros fraudulentamente! (2:188), y diciendo en otro versículo: ¡No os matéis mutuamente! (4:29).
En consecuencia, lo fundamental en relación a la comida es que sea buena, lícita, y esto constituye una obligación y un principio del Din o religión.
Segundo, deben lavarse las manos, porque no dejan de quedar sucias debido a dedicarlas a las actividades. Su lavado es lo más próximo a la pulcritud y a la salubridad.
Tercero, que se tenga la intención de fortalecernos con la comida para obedecer a Allah, exaltado sea, logrando así ser obedientes incluso en el comer. Y una de las exigencias de esta intención es que no se extienda la mano hacia la comida excepto cuando se está hambriento, siendo el hambre una de las cosas imprescindibles que deben anticiparse al comer. Luego, es necesario que cese de comer sin hartarse. El que realice esto no necesitará médico alguno.
Cuarto, que esté satisfecho con lo que tiene como provisión, y lo que se le presenta como comida.
Quinto, que se empeñe en que haya muchas manos a la comida (muchas personas a comer), aunque sean su esposa e hijos, porque "la mejor comida es en la que abundan las manos [los comensales]", como dice un hadiz auténtico.

Segunda Parte: El correcto proceder (adab) en el momento de comer

Es que comience con el Nombre de Allah (diciendo Bismil-Lahir-Rahmanir-Rahim) al principio de la comida, y que concluya con la alabanza de agradecimiento al final (diciendo Al-Hamdu lil-Lah). Que esto lo haga en forma audible para recordar a otros. Que coma con la derecha, que el bocado sea chico, y que lo mastique bien. En tanto no trague lo que tiene en la boca que no tome otra cosa, porque esto es signo de precipitación en el comer. Que no deteste ninguna comida. El Profeta (BPDyC) no denigraba ninguna comida, y era que si le gustaba, la comía, y si no la dejaba. Que uno coma de lo que está más próximo a él. Que no vuelque en el pan con que está comiendo parte de la fuente de la comida, o de cualquier otro recipiente, sino que emplee sólo aquella porción de pan que realmente va a comer. Que no se limpie las manos con el pan. Que no sople sobre la comida caliente, sino que, por el contrario, espere que se haga fácil de comer. Que no junte en un solo plato los dátiles con los carozos de la comida, ni que los junte en su palma, sino que ponga los carozos de su boca en la palma de la mano, y luego que los tire. De igual modo se hará con todo lo que tenga carozos o restos. Que no deje en la fuente la parte que desdeña de la comida que ya haya tomado, abandonándola en la fuente, sino que lo aparte con los sobrantes, para que no se confunda otro comensal y se lo coma. Que no se exceda en beber en el transcurso de la comida, excepto si se atragantara con un bocado, o estuviera realmente sediento.
En cuanto al beber, su correcto proceder (adab) es que tome el vaso con su derecha, que diga Bismil-Lahi, que lo tome de a sorbos y succionándolo (sin sorber aire), y que no lo tome de un solo golpe. Que no beba estando de pie o acostado. Que observe el vaso antes de beber, y que no eructe (regüelde) o resople sobre el vaso, sino que si debe hacer eso que lo aparte de su boca diciendo la alabanza (Al-Hamdu lil-Lah) y que lo vuelva a su boca diciendo Bismi-Lah. Los recipientes de agua, y todo lo que se hace girar entre los comensales, se lo hará hacia la derecha desde el punto de comienzo. El Mensajero de Allah (BP) bebió leche cierta vez, mientras Abu Bakr estaba a su izquierda, y un beduino a su derecha, pero pasó el recipiente al beduino diciendo: "A la derecha por turnos". Que uno beba haciendo tres intervalos para respirar, alabando a Allah en el último (diciendo Al-Hamdu lil-Lah al terminar), y nombrando a Allah en el primero (Bismil-Lah al comenzar).

Tercera parte: Lo meritorio después de la comida

Es que uno cese de comer antes de hartarse. Luego, que se lave las manos y que se monde los dientes... Que agradezca en su corazón a Allah, exaltado sea, por aquello que le ha dado a comer, y que considere la comida como una merced de El. Allah, exaltado sea, dice:
¡Comed de todo lo bueno que os hemos dado en provisión y agradeced a Allah! (2:172).
Si comiera de la comida de otros, que ruegue como enseñó el Profeta (BPCyD) así: "¡Allahumma! ¡Bendícelos en cuanto les has dado en provisión, perdónalos y se Misericordioso con ellos! Desayunó entre vosotros el ayunante, y comió vuestra comida el piadoso, y os bendicen los ángeles". Que uno abunde en el pedido de Indulgencia y en entristecerse por haber comido quizás algo dudoso. Y es meritorio al final de la comida decir: "La Alabanza sea con Allah, Quien nos ha alimentado, dado de beber, satisfecho y protegido con Su hospitalidad".


Los modales correctos en las reuniones para comer

Primero. Que uno no comience a comer mientras haya junto a él alguien a quien corresponde la precedencia, sea por su avanzada edad, o por su mayor dignidad. Excepto que uno sea el seguido o imitado en iniciar la comida; en tal caso es necesario que no prolongue la espera de los otros, cuando están a la expectativa de comer, habiéndose reunido para ello.
Segundo. Que los comensales no se callen en la comida, sino que conversen amablemente.
Tercero. Que uno sea amable con el compañero que come de la misma fuente, no pretendiendo comer más de lo que él come, porque esto está vedado (es haram), en tanto no tenga el beneplácito de su compañero comensal, y mientras la comida sea compartida. Empero es debido que uno tenga por fin el privilegiar al otro, y que no coma, por ejemplo, dos dátiles de una sola vez, excepto cuando esto lo hagan los otros, o se les haya permitido. Si su compañero mermara, uno deberá animarlo e incentivarlo a la comida, diciéndole: "¡Come!", sin sobrepasar en decir esto las tres veces, porque ello sería insistencia molesta. En cuanto a jurar para que otro coma, está prohibido.
Cuarto. Que no tenga necesidad su compañero comensal de decirle a uno "¡come!", o de hacerle anhelar la comida, sino que deberá ahorrar a su hermano comensal esta molestia. No es correcto que deje de tomar algo que desea para que lo vean los otros, pues esto sería simulación. Que, por el contrario, se comporte como de costumbre, y que no mengue nada de su costumbre de cuando está solo, sino que se acostumbre a la corrección en soledad, para no necesitar simular cuando está en comunidad. Ahora bien, si necesariamente disminuyera en comer por preferir a sus hermanos comensales, y en consideración a ellos, esto sería bueno. Y si aumentara en comer, con la intención de cooperar y movilizar al ánimo de la gente hacia la comida, sería bueno.
Quinto. Si uno lavase sus manos en una escudilla estaría bien. Dijo Anas, uno de los grandes discípulos del Profeta (BPCyD): "Si tu hermano te homenajeara, ¡acepta su homenaje sin despreciarlo!", refiriéndose a ofrecerle una escudilla para el agua. Se cuenta que Harun Al-Rashid, uno de los califas abasidas, invitó a Abu Ma'auiah "el ciego", y Al-Rashid volcó agua en las manos de éste, sobre la escudilla para que se lavara. Cuando terminó, preguntó el califa: "¡Abu Mu'auiah!, ¿sabes quién volcó agua en tus manos?". Contestó: "No". Dijo el califa: "El príncipe de los creyentes la volcó". Respondió el ciego: "¡Príncipe de los creyentes!, solamente has honrado y exaltado al conocimiento [representado por el ciego], y su gente. ¡Allah te exalte y honre como lo has hecho con el conocimiento!". Que el dueño de casa, él mismo, derrame el agua en las manos de sus huéspedes para que éstos se laven. Así actuó Malik con Al-Shaf'i (dos grandes sabios de la tradición islámica), que Allah les de la Misericordia a ambos, en la primera visita que éste último le hizo. Dijo Malik: "No te espante lo que has visto que hice, porque servir a los huéspedes es un deber".
Sexto. Que uno mire a sus compañeros comensales, pero que no observe cómo comen ellos, porque esto los cohibiría. Que aparte la vista de ellos, y se preocupe de lo suyo. Que no cese de comer antes que sus hermanos, si estos respetaran comer después que él, sino que cuando esté satisfecho y ellos no, extiendan su mano hacia la comida y la retire, tomando muy poco cada vez, hasta que ellos estén satisfechos. Si uno cesara de comer por una causa justificada, que se disculpe ante ellos, impidiéndoles así tener timidez de seguir comiendo.
Séptimo. Que no se haga lo que repugna a otros. Por ejemplo, que no se sacuda la mano sobre la fuente, ni se adelante hacia ella la cabeza cuando uno está poniendo un bocado en su boca. Si extrajera algo de su boca, que aparte su cara de la comida, y que lo tome con su izquierda. Que no remoje el bocado graso en el vinagre, pues éste pude serle detestable luego a otros. El bocado que haya cortado con sus dientes que no lo remoje en la salsa o en el vinagre. Que no hable cosas repugnantes que sean detestables a otros.


El mérito de ofrecer comida a los hermanos y su conducta espiritual correcta

Ofrecer comida a los hermanos tiene un gran mérito. Dijo Alí: "Reunir a mis hermanos y ofrecerles una medida de comida es más amado por mí que liberar a un esclavo". Ibn Omar, Allah se complazca de él, decía: "De la dignidad y generosidad del hombre es la buena provisión durante sus viajes, y erogar generosamente por sus amigos". Los compañeros del Profeta (BP) se reunían para recitar el Sagrado Corán, y no se separaban sin probar algo. Jaizamah, la Misericordia de Allah sea con él, disponía de dulces de dátiles y de la mejor comida, e invitaba a sus hermanos diciendo: "¡Comed pues no lo hice sino para vosotros!".
En cuanto al adab (los modales espirituales) de la invitación a los hermanos en la fe, algunos procederes son respecto de los preliminares, y otros son respecto de la presentación de la comida. En cuanto a los preliminares, no es parte de la Sunnah (práctica profética) que uno vaya a ver a una gente acechando el momento en que ellos comen, y que llegue cuando están por comer. Esto es una acción imprevista y descortés, que ha sido prohibida. Dice Allah, exaltado sea:
No entréis a la casa del Profeta sin que se os haya permitido [invitado] a una comida, y [no lo hagáis] acechando que esté lista (33:53), es decir esperando el momento de que esté a punto.
En cambio, si uno estuviese hambriento y fuera a casa de alguno de sus hermanos a que le ofrezca de comer, sin que espere el momento en que él come, no habrá entonces nada malo en ello. Por el contrario, habrá auxilio para que su hermano obtenga la recompensa por darle de comer. Tal era la costumbre de los ancestros.
Si fuera allí y no encontrara al dueño de casa, y estuviese seguro de su amistad, conociendo su contento si comiera de su comida, debería comer sin ningún permiso. Porque lo que se pretende con el "permiso" es la complacencia del amigo hacia el amigo, y especialmente respecto de la comida y de darla, según sea nuestra capacidad.
Es posible que una persona manifieste y jure que consiente dar de comer, pero que por el contrario no esté de verdad complacida de ello. En tal caso comer de su comida es detestable. Y es posible que una persona ausente de su casa no haya manifestado su consentimiento, pero que comer de su comida sea deseable. Dice Allah Exaltado:
O sea vuestro amigo (24:61).
Dijo Al-Hasan Al-Basri: "El amigo es aquel en el que nuestra alma confía, y está a seguro de él nuestro corazón". Muhammad Ibn Uasi' y sus compañeros iban a visitar a Al-Hasan Al-Basri y comían lo que encontraban, sin permiso alguno. Cuando Al-Hasan volvía y los veía se alegraba de ello, y decía: "¡Así éramos [los discípulos del Profeta (BP)]!". Unas personas fueron a casa de Sufián Al-Zauri y no lo encontraron. Abrieron la puerta y se pusieron a comer de las vituallas que llevaban para el viaje. Cuando Al-Zauri regresó comenzó a decir: "Me habéis recordado el proceder de los ancestros [los compañeros del Profeta (BPCyD)] ¡Así era!".
En cuanto a la conducta espiritual correcta en la presentación de la comida a los hermanos, primero, debe dejarse de lado el gasto excesivo, y presentar lo que hubiese. Al-Fudail decía: "La gente se divide entre sí por el gasto excesivo. Unos invitan a sus hermanos y realizan para ellos una costosa comida, por lo cual después dejan de volver a verlos". Parte de la erogación excesiva es que uno ofrezca todo lo que tiene, desposeyendo a su familia y dañando sus sentimientos. Algunos contaron: "Fuimos a ver a Yabir, la Misericordia de Allah sea con él, y nos ofreció pan y vinagre, diciendo: 'Si no fuera que nos fue vedado erogar en exceso, lo hubiésemos cometido por vosotros'". Abu Ua'il contó: "Fui con un amigo a ver a Salmán y nos ofreció pan de cebada y sal en granos. Entonces exclamó mi amigo: '¡Si la sal tuviese tomillo sería más rica!'. Salió Salmán y empeñó su lavabo de abluciones para poder comprar tomillo. Cuando hubimos comido, dijo mi amigo: '¡La Alabanza sea con Allah, que nos satisfizo con lo que nos dio en provisión!'. Expresó entonces Salmán: 'Si te hubieses satisfecho con lo que te dio en provisión, mi lavabo no estaría empeñado'".
El segundo proceder espiritual correcto es que el visitante no opine sobre la comida, y que no la mire con ojos sentenciosos. Es posible que al visitado le haya sido penoso presentarle esa comida. Si su hermano le da a elegir entre dos comidas, que elija de ambas la que le resulte a aquel más fácil o simple. Y si supiera que de elegir sería esto más hacedero para el anfitrión, y ello fuera facilitante para éste, que no deteste hacer la selección.
Algunos dijeron: "La comida es según tres tipos: Con los pobres, dándole preferencia a ellos; con los hermanos (en la fe, el resto de los musulmanes), para júbilo y gozo; y con la gente del mundo, con educación".
El tercero de los modales correctos, es que el visitado o anfitrión, ansíe la visita de su hermano visitante, el huésped, y que le insista para la elección de lo que desea comer, estando de buen ánimo para hacer aquello que su visitante le pide. Esto es bueno, tiene una recompensa y un mérito muy grande. Al-Shaf'i, que la Misericordia de Allah Exaltado sea con él, se alojó en lo de Al-Za'farani, y éste escribía cada día en una cartilla aquel tipo de comida que se debía cocinar, y se la daba a una doméstica para que la haga. Entonces un día tomó Al-Shaf'i la cartilla, y añadió a ella otro tipo de comida. Cuando supo esto Al-Za'farani se alegró grandemente.
Cuarto modal correcto. Que el visitado no pregunte al que lo visita: "¿Quieres que te ofrezca algo de comer?" sino más bien es necesario que le ofrezca. Si el visitante comiera, bien, y si no, que lo retire.
Otras cuestiones. Primero. Poner la comida sobre una mesa facilita el comer, y no es nada detestable, sino que, por el contrario, es algo permitido, si ello no conduce a la soberbia y al engrandecimiento. En cuanto a lo que se dice que eso es una innovación en el Din, contestaremos que no toda forma nueva está prohibida. Lo que en realidad está vedado es lo que contradice una sunnah confirmada (una práctica firme del Profeta (BPCyD), o abole un mandamiento de la Ley, en tanto la causa de dicho mandamiento permanezca vigente. No hay en la mesa otra intención que elevar la comida sobre el suelo, para facilitar así el comer, o cosas afines, sin que haya en esto nada detestable.
Segundo. Comer y beber recostado es algo detestable y perjudicial para el estómago. Lo mismo que comer acostado.
Tercero. Es de Sunnah comer antes de la oración. En la tradición se dice: "Si coincidiera la cena con la salah (oración) nocturna, ¡empezad por la comida!". Ibn Omar, la Misericordia de Allah sea con él, en una ocasión escuchó el recitado del imam (guía en la salah), y no se levantó de su cena.
Lo atinente a la invitación y a la hospitalidad
 

El mérito de la hospitalidad

El Mensajero de Allah (BPCyD) dijo: "El que crea en Allah y en el Ultimo Día, ¡que honre a su huésped!" Y le fue preguntado (BPCyD): "¿Qué es el iman (la Fe)?". Respondió: "Dar de comer y dar el saludo". Y afirmó (BPCyD) respecto de las reparaciones por las faltas cometidas, y de lo que eleva en grado espiritual: "Dar de comer y la oración nocturna, mientras la gente está dormida".
En cuanto a la invitación, es necesario que el anfitrión dirija su invitación a los piadosos, excluyendo a los corruptos. Dijo el Profeta (BP): "Ha comido vuestra comida el piadoso", y en la tradición se dice: "No comas más que de la comida de los temerosos de Allah, y que no coma de tu comida sino el temeroso" (o bien: "No seas amigo sino de los creyentes, y que no coma de tu comida sino el temeroso").
Dijo el Profeta (BPCyD): "La peor de las comidas es la del banquete al cual se invita a los ricos y se excluye a los pobres".
Es necesario que el anfitrión no olvide a sus parientes cuando invita a alguien, porque dicha omisión es un aislamiento y un corte de los lazos de parentesco. Asimismo, deberá observar el buen orden en la ubicación de sus amigos y conocidos, porque el dar preferencia a unos, representa aislamiento y abandono para el corazón de los otros.
Es necesario que con su invitación no tenga por fin la vanagloria y la figuración, sino por el contrario atraer el corazón de los hermanos espirituales, e introducir la alegría en el corazón de los creyentes. No debe tampoco invitar a quien sabe que le va a ser dificultoso ¿responder A SU INVITACIÓN?, o que si viniera ello dañaría a los presentes por cualquier causa. Y es necesario que no invite excepto al que quisiera que asista.
Respecto de la respuesta a la invitación, es una sunnah (costumbre profética) confirmada, y se ha sostenido que es obligatoria en algunas circunstancias. Ella comprende cinco modales espirituales correctos:
Primero. Que el invitado no diferencie entre el rico y el pobre al responder al que invita, porque ésta es una soberbia que ha sido prohibida.
Segundo. Que no deje de asistir por ser largo el viaje, como tampoco se abstenga de asistir a causa de la pobreza del anfitrión y su carencia de lujo, sino que, por el contrario, considere que toda distancia que sea soportable por rutina no es posible que sirva de excusa para abstenerse.
Tercero. Que no se abstenga de asistir por estar ayunando optativamente, sino que asista. Si a su hermano espiritual que lo invita le contentara que deje de ayunar, que desayune. Que considere que el rompimiento del ayuno con la intención de trasmitir alegría al corazón de su hermano espiritual, equivale a lo que él considera el ayuno, y aún es superior. Esto se da respecto del ayuno optativo, pero si fuera efectivamente obligatorio por alguna promesa particular podrá excusarse de comer.
Ibn Abbas, la Misericordia de Allah sea con él, dijo: "Entre las más notables buenas acciones está la de honrar a la compañía con el desayuno (el dar de comer a los ayunantes para que rompan el ayuno)". Con esta intención de complacer a los hermanos visitantes el desayuno constituirá una devoción, y una muestra de buen carácter y educación. Su recompensa supera la recompensa del ayuno. Si, por el contrario, no ellos pudieran desayunarse, la hospitalidad consistirá en lo bueno y la buena conversación.
Cuarto. Que uno se abstenga de asistir si la comida fuera dudosa, o en el lugar hubiese algo nocivo (múnkar). Que no demore haciéndolos esperar, ni se apresure hasta el punto de importunarlos antes de haber ellos cumplido los preparativos. Que no obstaculice el paso de los asistentes, congestionándolo, sino que por el contrario, si el dueño de casa le indicara un lugar no debe contrariarlo para nada, porque este debe haber organizado en su mente el lugar de cada uno y el contradecirlo lo desarregla. Que no se siente enfrente de la puerta de la habitación de las mujeres, o de la cortina separadora. Que no esté mirando mucho hacia el lugar de donde viene la comida, porque esto sería índice de malignidad. Que se dedique especialmente a saludar y a conversar con quien está al lado suyo sentado.
Que cuando un huésped entre en la casa, el dueño de casa le haga conocer la Qiblah (lugar de orientación para la oración), el baño (retrete), y el lugar para realizar las abluciones. Que el dueño de casa se lave las manos antes que la gente, y antes de servirse la comida, porque invitó a la gente para honrarlos. Que sea el último de ellos en empezar a comer.
Si el huésped entrara en una casa y observara algo nocivo, debe modificarlo, si es que pudiera, o de lo contrario deberá oponerse de palabra y retirarse.


La preparación de la comida

Tiene cinco condiciones. Primero, apresurar la presentación de la comida, porque esto es parte de la honra al huésped. Si está presente la mayoría, y faltaran uno o dos, habiéndose retrasado del momento fijado, es preferente el derecho que tienen los presentes a serles presentada la comida, que el derecho que tienen los ausentes a ser demorada esta última. Unos de ambos sentidos está implícito en el dicho de Allah, exaltado sea:
¿Ha llegado a ti [Profeta] la narración de los huéspedes de Abraham [que él] honró? (51:24), en el sentido de que fueron honrados al apresurarse a presentarles una comida.
Y también es lo que señala Su dicho, exaltado sea: [Abraham] no demoró sin traer un ternero asado (11:69).
Y se apresuró discretamente hacia su familia y trajo un ternero carnoso (51:26)...
Dijo Hatim Al-Asamm: "El apresuramiento proviene de Satanás, excepto en cinco asuntos, que son en verdad de la Sunnah del Mensajero de Allah (BPCyD): Dar de comer a los huéspedes, y preparar el cadáver [mediante el lavado, para la sepultura], casar a la virgen, satisfacer una deuda, y arrepentirse de una falta".
Segundo. Disponer ordenadamente las comidas, presentando primero las frutas, si es que las hubiera. Esto es más provechoso medicinalmente, porque es de más rápida digestión. Es necesario que las frutas lleguen primero a lo más hondo del estómago. En el Sagrado Corán existe una advertencia respecto de adelantar las frutas, en Su dicho, exaltado sea:
[Allí tendrán] frutas a elección; para luego decir: y carnes de aves que ellos apetezcan (56:20-21).
Luego, lo mejor a ser presentado después de las frutas, es la carne y los caldos (o salsas), y si se juntaran a ello los dulces, se habría llegado a la delicia. Indice de que se alcanza a honrar a los huéspedes con la carne es Su dicho, exaltado sea, respecto de los huéspedes de Abraham, con él sea la Paz, cuando éste preparó un ternero asado..., y tal es uno de los dos sentidos de honrar al huésped.
Abu Sulaiman Al-Dárami, la Misericordia de Allah sea con él, decía: "Comer lo bueno y delicioso (at-taibah) nos ofrenda la Complacencia de Allah". Y estas cosas buenas y deliciosas se completan tomando agua fría, y echando agua tibia sobre las manos, cuando nos lavamos al terminar de comer...
Dijeron algunos: "Los dulces después de la comida son mejores que abundar en muchos tipos de comidas. Además, adornar la mesa con verduras es también algo deseable.
Tercero. Que se presenten los tipos de comidas más livianas primero, para que se satisfaga de ella el que lo desee, y para que no exagere después de comer. Es costumbre entre los lujuriosos y sibaritas presentar primero lo sustancioso, para que a ello suceda el deseo de agregar lo liviano, después. Esto es lo contrario a lo excelente, y constituye un ardid para exagerar el comer. Es bueno que se presenten todas las comidas de una sola vez, o que de lo contrario se informe de lo que todavía hay a comer.
Cuarto. Que el dueño de casa no se anticipe en sacar la comida antes que sus huéspedes hayan tenido la oportunidad de satisfacerse, y hubieran retirado sus manos de ella. Quizás haya alguno para quien el sobrante de dichas comidas sean más apetecibles para él que lo que le hayan presentado antes, o que todavía desee comer, y se apenaría por el apresuramiento en quitar la comida.
Quinto. Que se presente la cantidad de comida suficiente, porque mermar en ello es signo de falta de vergüenza, y el exagerar es signo de simulación y vanidad. Ibn Mas'ud, la Misericordia de Allah sea con él, dijo: "Hemos cesado de responder a la invitación del que quiere vanagloriarse con su comida". Y un grupo de los compañeros del Profeta (BP) detestaba comer la comida vanidosa del soberbio.
Es necesario que el anfitrión, primero, antes de servirse la comida, separe la parte de la gente de su casa para que no estén ellos pendientes de que sobre algo. Quizás no retorne nada, y ellos se aflijan y hablen mal de sus huéspedes.


La conducta al retirarse

Primero. Que el anfitrión acompañe a los huéspedes hasta la puerta de la casa. Esta es una sunnah, como parte de la honra a los huéspedes. La perfección de este honor es mostrar buena cara, y una conversación amable, tanto a la entrada, como a la salida, y a la mesa.
Segundo. Que el huésped se vaya de buen ánimo, y aún cuando haya sucedido algo defectuoso en el trato, esto lo aceptará de buen carácter y con humildad.
Tercero. Que el huésped no se retire sino con el consentimiento del dueño de casa, y con su venia. Que obedezca al corazón del anfitrión en cuanto a la extensión de su visita. Si estuviera como huésped de varios días, que no se quede más de tres, pues quizás resulte molesto al anfitrión y éste necesite que se retire. Es cierto que si el dueño de casa le insiste con un corazón sincero que se quede, debería permanecer más de tres días. Y es meritorio que el anfitrión tenga una cama de huéspedes.
Procederes varios
[...] Sobre si es debido el comer en lugares públicos, como restaurantes, etc.: Se menciona respecto de los ancestros que ellos lo hicieron. En síntesis, esto varía de acuerdo a las costumbres del país, y a la situación en que se encuentran las personas. Por lo cual, para el que no resulte coherente con su situación, ni con la costumbre del país, es signo de glotonería y falta de templanza. Pero para el que ello no resulte así, no habrá obstáculos.
Segundo. Dicen algunos médicos: "...No comas carne que no sea de animal joven, ni comas de una comida que no esté bien cocida, ni tomes medicamentos si no fuera por causa de enfermedad, ni comas frutos que no estén maduros. No comas ninguna comida sin masticarla bien, ni tomes nada encima de la comida. No retengas la orina, ni la evacuación. Si comes durante el día, duerme, y si comes durante la noche, camina antes de dormir, aunque sea cien pasos".
Tercero. Es meritorio llevarle de comer a la familia de un fallecido. Cuando se despidió a Ya'far Ibn Abi Talib, con él sea la Misericordia de Allah, dijo el Profeta (BPCyD): "La familia de Ya'far estuvo ocupada con su fallecimiento, y no pudieron cocinar. Llevadles de comer". Esta es una sunnah. Y si de ello se sirviera a los presentes en la casa del fallecido será lícito comerlo.
Cuarto. Es indebido asistir a la comida de un opresor o tirano, pero si se nos obliga, deberemos comer lo menos posible.http://www.senderoislam.net/articulo057.html

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